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Mostrando entradas de mayo, 2013

Wert que te quiero Wert

De camino al trabajo, como cada mañana, pongo la radio para estar al tanto de la actualidad. Hoy no escucho los titulares habituales de noticias, toca entrevista. Nada más y nada menos que al señor ministro de educación, cultura y deporte. Esa es su voz, la que estoy escuchando decir que no se ha plegado a los deseos de la Conferencia Episcopal en su nueva y recién aprobada ley de educación, que simplemente ha escuchado las peticiones de dicha Conferencia, como ha escuchado a cualquiera que se le ha acercado durante la elaboración de la citada ley. Sonrío. Río. Y finalmente me carcajeo. No me hace falta tener imagen para saber que el señor ministro no se ha puesto ni medio colorado de vergüenza mientras decía esto. No tiene.  Señor ministro, nadie duda que usted ha escuchado a todos los que se le han acercado, pero tampoco dudamos de que sólo ha escuchado a alguno de ellos. Y se da la casualidad (esto de la casualidad a veces tiene muy mala sombra), de que a la Conferencia Episcopal

Enhorabuena señor Wert

Estimado señor Wert, no cabe otra que darle la enhorabuena. Hoy, día del Señor 9 de Mayo de 2013 (seguro que a usted le gusta sobremanera esta mención al Señor), ha conseguido usted todo un hito en este país nuestro. Ha logrado poner de acuerdo, a padres, profesores y alumnos desde educación primaria hasta universitaria. Toda una proeza lograr una unidad tan grande en esta nación tan dada a dividirse en facciones que se pelean a muerte unas contra otras. Esta vez en cambio usted ha sabido lograr esa hazaña, todos están en huelga contra su ley de educación que próximamente será aprobada en el parlamento (el rodillo no puede fallar). Como no podía ser de otra manera, en declaraciones suyas de ayer mismo, decía que dicha ley ha sido elaborada escuchando a todos. Supongo que se refería a todos los que no están hoy en huelga ¿no?. En fin, tampoco es de extrañar que diga esas cosas, porque el "miente que algo queda" es su forma habitual de actuar (y no solo suya por desgracia).