Pidiendo explicaciones.

Saludos a todos, si es que queda alguien que me lea alguna vez jejeje. Hace seis meses de la última publicación en el blog. Me ha podido la vagancia, lo confieso. El exceso de actividades paralelas en que me embarco tiene su precio y esta vez lo ha pagado el blog. Hasta el día de hoy. 
Sucede que a pesar de estar en la distancia, uno siempre mantiene lazos con el lugar donde nació y creció. Hace unas fechas me llegó el enlace a un artículo del periódico gijonés El Comercio. En él se comentaba que recientemente se había producido el despido de un docente del colegio Corazón de María, por razón de su conducta impropia con los alumnos, que si bien no era constitutiva en ningún momento de delito (esto lo remarcaba cuidadosamente), sí que era contraria al ideario de dicho centro educativo, por lo cual, la dirección del mismo había tomado cartas en el asunto para cesarle en su puesto. Y nada más. Ningún detalle más, ningún dato más ... nada.
Y bien, ahora me gustaría preguntaros a todos los que leéis estas líneas ¿qué pensáis al respecto? ¿cómo se os queda el cuerpo? Tras leer esas razones para despedir a un docente, ¿qué es lo primero que se os viene a la cabeza? ¿qué creéis que es una conducta impropia con los alumnos, pero que no es delito, pero que va contra el ideario de un centro educativo?
Y lo que es peor, ¿a qué viene sacar en prensa esta noticia y de esta forma tan ambigua? ¿por qué razón se calcula tan al detalle esa ambigüedad, para decir que el despido es por causa de conductas inapropiadas con los alumnos, pero que no son constitutivas de delito? No creo que el docente despedido esté muy interesado en salir en la prensa de esta manera, así que sólo queda mirar en una dirección para adivinar el origen de la noticia. 
Y al mirar en esa dirección recuerdo lo que durante tantos años nos inculcaron a mí, a mis hermanos y a mis compañeros en ese mismo colegio: que había que ir con la verdad por delante, que la mentira era un mal pernicioso que lo emponzoñaba todo.
Y por eso mismo no pido, exijo, que a quien le corresponda, exponga con claridad los motivos de ese despido y deje a un lado las medias verdades, los susurros y los rumores. Que ponga las cosas claras encima de la mesa y luego cada palo aguante su vela.
Al fin y al cabo, suyo es el derecho (y nadie se lo va a negar) a despedir a sus empleados en el momento y la forma que crean conveniente, porque suyo es el colegio. Pero nada más. El no detallar las causas del despido y cobijarlo bajo el título de "conducta inapropiada con los alumnos", da lugar a todo tipo de elucubraciones, rumores e insidias. Y eso sí que está en su mano evitarlo. El escarnio público ha de ser para los que cometen algún delito o falta, una vez se compruebe la existencia del mismo. Ustedes con su actitud están sometiendo a ese escarnio a una persona, por el mero hecho de extender dudas, insinuaciones y sospechas sobre su conducta. 
¿Cabe esto el ideario del centro que según ustedes incumple el docente despedido? 

Yo estudié en ese centro muchos años, y otros tantos estuve vinculado al mismo porque aunque no estudiaba en él, si representaba a su equipo de balonmano. Otros tantos años seguí vinculado a través de mis hermanos que también estudiaron y jugaron en los equipos del centro. Conozco desde entonces a ese docente despedido, hace más de 30 años. Porque ese docente fue también antes alumno del centro, jugador de balonmano del centro, entrenador de balonmano del centro y hasta coordinador de deportes del centro. Le conozco en casi todas las facetas que desempeñó en ese colegio, salvo en la de docente, porque por motivos obvios de edad nunca fue mi profesor. Le aprecio desde entonces. Y cada año que pasa aprecio más su enorme labor a lo largo de todos estos años. Porque con los años te vas dando cuenta que todas esas actividades docentes y deportivas que en su momento te ayudaron a formarte, a crecer, a desarrollarte, las llevan a cabo personas que en la mayoría de los casos están haciéndolo de manera altruista y desinteresada, poniendo mucho de su tiempo y de su empeño para que esas actividades salgan adelante en beneficio de esos alumnos, de esos deportistas. Sin pedir nada a cambio. 
Por eso quiero desde aquí dar mi apoyo más sincero e incondicional a mi amigo José Ramón Noval Blanco, porque es de justicia, porque se lo merece y porque puedo decir bien alto y bien claro que en todos estos años he oído millones de cosas sobre él, pero jamás nada que tenga que ver con una conducta inapropiada con algún alumno o algún deportista, más bien todo lo contrario.

Se ha elaborado un manifiesto de apoyo para que todo aquel que quiera pueda firmarlo y mostrarle su apoyo. Aquí os dejo el enlace:


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