Crisis ¿para quién?

A estas alturas la palabra crisis debe de ser la más pronunciada de la década, y motivos no faltan para ello. Lo que sucede es que si uno se pone a examinar las cosas con un poco de detalle, a poco que profundice encuentra cosas que obligan a malhumorarse se miren como se miren. Resulta que los gobiernos están insuflando dinero y más dinero a los bancos para salvar el sistema financiero, para que se recupere la liquidez y se reactive el círculo económico con el tránsito de dinero.  Eso sí, los gobiernos deberían haber puesto un localizador de GPS a todo ese montón de millones, porque a día de hoy nadie sabe donde están, los tendrán los bancos, no lo dudo, pero lo que es circular, circulan bien poco, y si el dinero no circula tanto las empresas como los currantes de a pie se resienten. ¿Quién es el guapo de cara que se atreve a ir a un banco a solicitar una hipoteca?, si poco más y te piden tu alma en prenda de la deuda. ¿Cuantas empresas están presentando suspensión de pagos, o están acogiéndose a expedientes de regulación de empleo?, muchas por desgracia, porque al final eso significa gente a la calle o sea pérdida de puestos de trabajo. Eso sí en estos tiempos de crisis galopante aún quedan islas de bienestar flagrante y enojante diría yo. Leo en la prensa de hoy que un conocido club de fútbol de este país, el Deportivo de la Coruña, celebra hoy su asamblea ordinaria y presenta sus cuentas. ¿Saben ustedes a cuanto asciende su deuda? a 160 millones de euros, yo les ahorro el engorroso cálculo en antiguas pesetas: alrededor de 26.000 millones de pesetas, bonita cifra ¿no?, de aquí el adjetivo flagrante antes utilizado. Lo de enojante viene a cuento de que una parte importante de esa deuda (en torno a 8500 millones de pesetas), la tiene con ese ente llamado Hacienda, que en los anuncios dice que somos todos, pero se olvida de remarcar que no a todos nos trata por igual. ¿Piensan ustedes que a cualquier pequeña o mediana empresa, iba a permitírsele acumular deudas hasta llegar a ese desorbitado importe? vamos, a buen seguro antes de llegar a la cuarta parte de esta cantidad dicha empresa estaría ya embargada por los cuatro puntos cardinales.
Pero claro, esto no es una empresa, es un club de fútbol, y lo que es aún peor, no es el único en esta situación, vayan ustedes a las páginas deportivas de cualquier diario cuando publiquen los lunes los resultados y las clasificaciones y empiecen a contar equipos de primera y segunda división, (hoy me siento magnánimo y no voy a mentar a la segunda división B), y luego multipliquen ese número por unos cuantos miles de millones que deben cada uno de ellos, ¿qué cifra obtienen?, les aconsejo hacer las cuentas en euros, porque si las hacen en pesetas puede que a la hora de mostrar el resultado final su calculadora les diga que ese número se sale de su pantalla. Y una cosa les ruego, una vez obtenido ese número, no se les ocurra ni por asomo hacer cábalas del montón de cosas en que se podría invertir ese dinero, en serio, ya la cosa está bastante mal como para agarrarse una depresión de caballo.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Pidiendo explicaciones.

Fútbol femenino: ejemplo de lo que no se hace

Día internacional del orgullo LGTB