Caraduras desvergonzados

Se que escribo en caliente, cosa que no debe hacerse, pero llega un momento que la gota colma el vaso y este rebosa por todos lados.
Y al leer esto me indigno:


Y si lo releo me indigno más aún. Y me dan ganas no ya de asediar el congreso sino de entrar en él y echar a la calle a esa pandilla de sinvergüenzas que están allí dentro y que parecen querer reírse de todos nosotros.
Ya está bien señores políticos de tres al cuarto. Sacar la tijera a pasear para recortar y recortar no les incomoda hasta que el traje es el propio ¿verdad?
Con la que está cayendo y ustedes son tan absolutamente indecentes de seguir cobrando además de un sueldo buenísimo, unas dietas que aparte de cuantiosas son escandalosamente injustificadas, lo cual eleva al cuadrado su indecencia y la repugnancia que nos produce a los demás esta situación.
Añadamos que a ustedes se les llena la boca con la palabra transparencia y son incapaces de obligarse por ley (a sí mismos y a todos los empleados públicos), a ser transparentes y a que se muestren en público sus emolumentos, sus nóminas, sus ganancias, sus bienes. Ante eso sólo cabe suponer una cosa señores politicuchos, y es que temen ustedes que si esos datos se divulgan y llegan a conocimiento de todo el mundo, rebosen todos los vasos de este país y la gente se harte y les expulse a gorrazos de aquí.

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