Hasta la punta ... de la uña, de Cataluña

Hace demasiado tiempo que no escribo y no me gustaba la idea de retomar el blog con un tema tan casino como este, pero el hartazgo es ya de tal calibre que me voy a saltar mi gusto en esta ocasión.

Y es que parece que no existe otra cosa más importante en este país que el tema catalán, es tan ínfimo el nivel de los políticos que tenemos hoy en día en primera línea, que han logrado elevar el problema de Cataluña al nivel de cuestión de vida o muerte para todos los españolitos de a pie. Y eso solamente puede llevarnos a lo que está sucediendo, el caos. Porque la sociedad española, admitámoslo, no está por encima del nivel de sus políticos, y se deja arrastrar a ese viciado debate extremista de blancos y negros hasta perder el sentido común.

Deberíamos, usando un símil deportivo, pedir un tiempo muerto, respirar hondo, beber un poco de agua, y pararnos a pensar un poco, haciendo un ejercicio en primer lugar de análisis histórico, y en segundo lugar de simplificación. Tal vez eso ayudaría a ver desde otra perspectiva mucho más limpia el problema.

Análisis histórico en el sentido de buscar paralelismos, ¿acaso no hubo una vez un país llamado U.R.S.S, que ahora se ha dividido en un montón de países menores? Sí ¿Se acabó el mundo por ello? No. Y como este podemos encontrar muchísimos ejemplos en la historia. Y otros que están por venir. ¿Acaso se va a morir la gente si finalmente el reino unido lleva a cabo del tan famoso Brexit? Seguro que no, habrá ajustes, habrá que adaptarse y punto. Hay cosas mucho más importantes, por lo tanto, rebajemos el nivel de crispación, no veamos el problema catalán como una cuestión de vida o muerte, o como una cuestión de honor. Es un problema grave para nuestra sociedad, pero no es una cuestión vital aunque algunos se empeñen en convencernos de ello (para tapar otras cosas de las que no les interesa que se hable).

En segundo lugar hablo de simplificar el problema, porque a veces, si quitamos las capas que envuelven algunas cosas, y nos quedamos con lo simple, con lo nuclear, podemos llegar a entender mejor las cosas y a verlas de otra manera. Vivimos en un mundo cada vez más global, donde cada vez las fronteras tienen menos sentido, pero aún así, una sociedad, un país, se construye sobre la base de un grupo de personas de diferentes afinidades, pensamientos, orígenes, creencias etc, que viven juntos bajo el mismo paraguas de leyes y normas que ordenan su forma de vida en el día a día. Si llega el día que una parte de esas personas no están cómodas debajo de ese paraguas, y quieren vivir bajo otro paraguas diferente, ¿es buena idea obligarlas a permanecer bajo el primer paraguas en contra de su voluntad? ¿es beneficioso para todos el retener a quien no quiere estar en nuestra sociedad? ¿acaso eso no tendría una gran similitud con el significado de la palabra prisioneros?

Y voy un paso más allá, ¿se va a terminar el mundo si finalmente ese grupo de personas se va debajo de un nuevo paraguas?. Va a ser que no, simplemente habría un nuevo paraguas con el cual tendrían que relacionarse el resto, y entre ellos nosotros.

Lo que está muy claro es que mirando para otro lado no solamente no se va a solucionar el problema, sino que se va a agravar porque esa actitud únicamente acrecienta el extremismo y hace que la gente se coloque o en el blanco o en el negro, y eso es lo que a la larga lleva al desastre.