COVID Diario de una pandemia - DIA 7 VIERNES 20 DE MARZO DE 2020

Viernes de puente. Menuda gracia con la que está cayendo. En condiciones normales sería un día para disfrute de muchos, sobre todo los niños sin colegio, todo un puente de cuatro días de descanso para ellos, una gozada. Y sin embargo hoy es otro día de los tantos que aún nos quedan hasta que se termine esta pesadilla.
La mañana transcurre tranquila. Trabajo mientras los niños andan por el medio con sus cosas. Ellos no obstante sí que hacen puente y no tienen tareas escolares. De cuando en cuando voy leyendo las noticias. Al parecer Inditex se ha replanteado el tema de hacer un ERTE y ahora dice que no, que va a garantizar el pago del salario de sus empleados al menos hasta el 14 de abril. Bien. Parece que si se quiere se pueden hacer ciertas cosas. Entiendo que haya pequeñas y medianas empresas que por mucho que lo intenten no tengan capacidad para afrontar esto y no tengan más salida para su viabilidad que el ERTE, pero hay grandes empresas que tienen grandes beneficios cada año y que pueden permitírselo. Si quieren claro.
Leo también que Esperanza Aguirre ha dado positivo también. Y ahora tendrá que encomendarse a esa sanidad pública que tanto denostó y maltrató durante sus años de gobierno. A esa sanidad pública a la que tantos tijeretazos propinó, a la que tanto personal recortó, de la que tantas camas cerró. Que a nadie se le olvide que si hoy hay menos medios y menos personal es debido a esos recortes. 
Esos son los resultados de la privatización indiscriminada de cosas esenciales como la sanidad. Es curioso pero los adalides de la privatización suelen ser siempre gente con bastantes posibles económicos. De esta manera se van favoreciendo unos a otros y obteniendo todos un buen pellizco. Hoy por ti, mañana por mi, el lema de las puertas giratorias de los políticos de cualquier color, porque a la hora de aprovecharse de esas puertas casi todos olvidan sus ideologías. Poderoso caballero don dinero. Salvo honrosas excepciones, que haberlas hailas, todo hay que decirlo.
A mediodía el tiempo se ha tornado definitivamente oscuro y lluvioso. El tiempo. Las predicciones meteorológicas. Ese tema estrella de todas las conversaciones de ascensor, ese comodín para entablar conversación con los demás, es hoy el gran olvidado. Básicamente nos importa un bledo el tiempo que haga ya que vamos a estar encerrados en casa. Es gracioso, porque en las noticias siguen con la sección de previsión meteorológica o de deportes, cuando todo está suspendido, parado, detenido. En cuarentena.
La tarde trascurre triste por la luz tenue del cielo nuboso que se cuela por las ventanas. Llueve. Con fuerza a ratos. En las redes sociales sigue el debate de nuevo sobre Pablo Iglesias, que se saltó la cuarentena para dar una rueda de prensa. Yo creo que la gente se aburre y critica todo lo que se mueve, si no fuera porque en el fondo pienso que todo esto es una campaña orquestada, una estrategia de fondo de ciertos partidos políticos para desgastar a sus adversarios. No creo que sea tan complicado de entender que en situaciones excepcionales y con medidas excepcionales también hay privilegios excepcionales para las personas que están al mando de la situación, y los miembros del gobierno son quienes están al mando. Y si somos pragmáticos,¿es un peligro que una persona que no se sabe si es es positivo, aunque esté en cuarentena porque su mujer lo sea, de una rueda de prensa sin público, situado a varios metros de distancia de su compañero en la rueda de prensa, en un entorno perfectamente controlable y desinfectable al momento? La respuesta obvia es que no. No lo es. Pero el ejército de críticos brama que tiene que dar ejemplo y ser como los demás. En fin, no hay mayor ciego que el que no quiere abrir los ojos.
La cena hoy se retrasa, vamos tarde, pero como mañana no hay que madrugar pues tampoco nos apuramos. Tenemos la agenda del fin de semana llena. Llena de tiempo libre, como casi todo el mundo.
Tras la cena de nuevo toca partida con la peque (el peque prefiere hoy de nuevo la play). Y otro día que quiere un juego nuevo que no haya jugado nunca. Rebusco por las estanterías y encuentro uno perfecto. Para dos jugadores, de cartas y que es rápido de jugar y entretenido, Jaipur. Me gana tres a cero, las dos primeras partidas las he jugado para enseñarle y dejándole hacer para que se haga con el mecanismo y las reglas, pero la tercera he jugado a tope ... y me ha ganado. Mañana te doy la revancha me dice sonriente mientras la acuesto.
El de la play también está ya acostado así que voy a aprovechar para irme yo también a la cama, tengo que estar fresco para vengar esa derrota mañana.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Pidiendo explicaciones.

Fútbol femenino: ejemplo de lo que no se hace

Día internacional del orgullo LGTB