COVIDiario del Sábado 28 de Marzo. De reincidencias y no disculpas (Día 15)

Otro fin de semana de aislamiento que comienza, es el tercero. Llevamos dos semanas enteras de cuarentena, de parálisis social, y en el subconsciente empieza a parecer que llevamos meses y meses encerrados así. Supongo que son cosas conocidas en la mente de las personas sometidas a largos encierros. Seguro que hasta tiene un nombre de estos raros que ponen los psicólogos a estas cosas.
Las últimas noticias dicen que USA ya supera los cien mil contagiados. Al ritmo que van cuesta imaginar a qué cifras van a llegar.
Salgo a por el pan. No hay. Es la una y media del mediodía y ya se ha acabado. La panadera me dice que hacen bastante más pan de lo habitual, pero que aún así hay días que no les llega, como hoy. Me parece normal, le comento, todo el mundo está en casa y nadie come fuera, por tanto se compra más pan. Pues me dice que mucha gente llega y como no hay pan se enfada y que les dice con tono airado que deberían de hacer más. No creo que sea tan difícil de entender, pero bueno, la gente es egoísta a más no poder, empatía cero. Yo soluciono el problema a mi manera, y es comprando una buena empanada, que al fin y al cabo es pan sobre pan con algo en medio ¿no?. En fin, que todos los problemas fueran estos.
Tras la comida y un poco de tenis de mesa en el garaje, me acerco de nuevo al supermercado puesto que ayer se me olvidaron algunas cosas que necesitamos y otras que no habíamos apuntado. Me llama la atención una cosa, aunque la mayoría de compradores llevan guantes, e incluso alguno mascarilla, todavía hay quienes no se los ponen, ¿cuánto hay que insistir para que la gente haga puñetero caso de las recomendaciones? Y si no tienes en casa no es tan difícil el ir a la zona de la fruta y las verduras y usar unos de esos para hacer toda la compra. Por favor, es que somos cerriles a veces.
No se por qué pero me viene a la cabeza el tema de los coches y la circulación. Todo el mundo va por su carril y a nadie se le ocurre circular por el contrario. ¿Cuántos accidentes habrá habido desde la invención del coche hasta que todo el mundo ha acabado acatando la norma totalmente?.
A la hora en que vuelvo con la compra se anuncia la comparecencia del presidente del gobierno. Comienza la misma y simultáneamente en twitter una catarata de gente comentando que ya estamos con el mitin de los sábados, que para no decir nada que se quede en su casa. Un rato después el presidente anuncia que se va a endurecer el confinamiento y que solamente se permitirá trabajar en las actividades marcadas como esenciales, el resto del mundo en casa. Cientos de twitteros bocachancla acaban de meter la pata hasta el fondo. Pero no van a reconocerlo ni a disculparse, faltaría más. Ese es el nivel que tenemos en el año 2020. Difama que algo queda. Miente que luego no hay que retractarse y si alguien te obliga, será en letra pequeñita y en la página 34, en lugar de ocupar toda la portada como la mentira original. Luego nos quejamos de los políticos que tenemos. ¿Qué queremos? Son como los demás. ¿O es que nadie lo ve? Fiel reflejo de la sociedad en la que vivimos, aunque a muchos no les guste admitirlo. Tal vez deberíamos en primer lugar empezar a exigirnos a nosotros mismos el comportarnos correctamente  y después exigírselo a los políticos.
A las ocho los aplausos. Hoy salgo a recuperar mi ausencia de ayer. Un vecino músico acompaña con una trompeta. Creo que vamos a tener tiempo de que salga a tocar la orquesta entera, antes de terminar la cuarentena, al paso que van las cosas.
Tras la cena hoy toca un poco de lectura, reglas de un par de juegos que quiero enseñar a la peque la semana que viene. Las redes sociales arden con el tema del endurecimiento del encierro, pero ya es tarde así que mañana tendré tiempo de ver lo que se cuenta en ellas
Buenas noches.

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