De la muerte no se sale. COVIDiario del Lunes 30 de Marzo (día 17)

Empieza otra semana. No se distinguen unos días de otros, salvo por el hecho de conectarme al curro. Hasta las ganas de escribir el diario disminuyen. El encierro hace de las suyas en cuanto a que acaba sin apetecerte hacer nada, todo suena a repetido y la vagancia y la pereza se alimentan de eso para crecer. Así que se trata de no dejarnos vencer, ocuparnos haciendo cosas, cambiándolas de un día a otro para no tener sensación de repetirse, insistir en ciertas rutinas, como la de escribir este diario. En definitiva, agarrar el palo de la escoba y decirles a doña vagancia y doña pereza que se larguen a otro lado que aquí no hacen falta. Algo así como lo que nos apetece hacer cuando nos llaman de alguna operadora telefónica, de alguna compañía de seguros, o cuando tocan al timbre los testigos de jehová o cualquier otro grupo evangelizador (con todo mis respeto para los que crean en esas cosas, por  supuesto).
Las noticias del día en cuanto a datos dicen que la curva presenta síntomas de estar empezando a controlarse. Pues vale. A ver si es verdad. 
En cuanto a la política nacional, la bronca está servida, no gusta el cierre de toda actividad no esencial decretado por el gobierno. Estaría bien saber qué medidas proponen para detener los contagios y controlar la epidemia, estos que no quieren el cierre de todo lo no esencial. Probablemente sean los que están a salvo en su casita pase lo que pase, mientras son otros los que tienen que exponerse al contagio para que la economía no se vaya a la mierda. Así es fácil opinar y decidir. Y además son los mismos que hace cuatro días se quejaban de que el gobierno actuaba tarde y con debilidad. Ahora que hay contundencia tampoco les vale. Genial.
También leo por algún sitio que hay comunidades autónomas que reclaman un modelo más alemán, donde al parecer los lander tienen cierta flexibilidad aún para imponer las medidas. No digo yo que no esté mal, aunque habrá que ver conforme les avance a ellos la epidemia si al final se hace lo que diga el gobierno central y punto, sin flexibilidades. Recordemos que ellos aún están en otra etapa de la pandemia menos avanzada que la nuestra. Y al respecto de esto, ya puestos a opinar, hay algo que siempre me toca mucho las narices cuando se sacan a colación los países de Europa tan supuestamente avanzados en estas cosas, Francia, Alemania, etc. Estos señores que los ponen de ejemplo, solamente lo hacen para estas cosas de flexibilidades para hacer lo que se les pone en gana o similar, a la hora de los salarios de los trabajadores, a la hora de las horas semanales de trabajo, a la hora de las condiciones de conciliación familiar para trabajadores, no hacen ni una sola comparación. Ay amigo, para esas cosas no conviene compararse con esos países, porque entonces habría que dar a los trabajadores españoles muchas más cosas de las que ahora tienen. Eso sí, para exigirles a los curritos entonces si que hay que exigirles como a los de esos países. Seamos europeos para todo y no solo para lo que les interesa a unos pocos.
Por lo demás, sigue sobrevolando el miedo al impacto económico de este parón, de la crisis que se avecina para cuando superemos el virus. Pero sigo pensando que muchos siguen viendo las cosas desde puntos de vista que ya no sirven, sobre todo porque esto es una situación de emergencia y se están muriendo más de ochocientas personas cada día. Coño que parece que a algunos se les olvida. Cerca de mil personas que están palmando a diario señores. Y la forma más radical de acabar con esto cuanto antes es la máxima cuarentena que pueda decretarse, el cierre de todo lo no esencial. Porque si no se hace así, se va a alargar el tiempo necesario para contener la pandemia. Y las cuentas son sencillas, cada día que se alargue esto habrá que multiplicarlo por setecientos, ochocientos, novecientos muertos. A esos señores preocupadisimos por el impacto económico de estas medidas drásticas le pediría que hagan esas cuentas y que estimen si compensa el que  mueran diez, quince, veinte mil personas más, para que la señorita economía se libre de una gran depresión. A mi no me compensa ni una sola de esas muertes. A ellos no lo se. Pero empiezo a pensar que algunos lo darían por bueno con tal de salvaguardar su pasta. Eso sí, que se mueran otros, no los de su familia, ¿verdad?
La crisis vendrá, eso es indudable, y cuando venga habrá que capearla como se pueda, habrá que tomar medidas para ello, arrimar el hombro y superarla. ¿Acaso la segunda guerra mundial no dejó detrás una crisis mundial sin precedentes? Y se salió de ella. Por lo tanto de esta también se podrá salir. Esa es la gran diferencia que un puñado de egoístas no quiere ver, de la crisis mas tarde o más temprano se puede salir, pero de la muerte no, de la muerte no sale nadie. 
Buenas noches. Mañana más.

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