De la transición y los fanatismos.COVIDiario del Jueves 2 de Abril (día 20)

Seguimos ahí. Jueves. Parece que se vislumbra el control de las cifras y el próximo descenso, pero habrá que confirmarlo durante los recuentos de los próximos días. Es lo peor, la ansiedad por ver que de verdad se empieza con el descenso de la curva hace que estemos más impacientes por ver que es un hecho y no un cálculo o una esperanza. Y cada mañana que no se termina de confirmar del todo es una pequeñas desilusión, y un día más que falta.

En cuanto a las noticias, la verdad que por más vueltas que le doy sigo sin entenderlo. Los fanatismos de estás conmigo o contra mí, no me van. El que haya que jalear a los tuyos aunque la caguen me supera, el que haya que descalificar a los otros aunque propongan cosas coherentes me pone de mala leche. Eso no toca señores políticos, hay que arrimar el hombro cada uno desde su posición y en su papel, unos gobernando pero comunicándose con la oposición y otros en la oposición pero no siendo desleales y pidiendo imposibles para luego poder hacer crítica fácil. Y eso no significa tragar con todo, pero tampoco significa no colaborar en nada. Y sobre todo, lo que más falta en la política de hoy en día es coherencia. Si criticas a alguien por hacer algo determinado en algún gobierno, luego no puedes excusar a alguien de tu partido que hace en otro gobierno eso mismo que criticas. Esto está a la orden del día, el fanatismo que antes mencionaba, cuando lo hacen los míos encuentro justificaciones, si lo hacen los otros entonces no hay ninguna justificación que valga.

Estamos en una situación extrema e inédita, y eso merece un paréntesis político, merece poner ciertos límites, porque todos estamos en el mismo barco, que a nadie se le olvide. Pero para eso hace falta tener una talla moral y una talla política de la que adolecen los líderes de hoy en día. 

Estamos cansados de escuchar cada poco hacer referencia a la famosa transición, a ese periodo de paso de la dictadura a la democracia, a lo modélica que fue, a lo mucho que fueron capaces de renunciar todos los partidos para poder llegar al consenso y que dicha transición fuera un éxito.

Pues el destino es caprichoso e impredecible señores políticos, y miren ustedes por donde ahora se ha presentado una situación en la cual vuelve a ser necesario ese consenso, vuelve a ser necesaria esa generosidad, esa tan admirada altura de miras. Y ¿que están haciendo ustedes hasta el momento? El ridículo. Con todas las letras señores, están quedando a la altura del barro con sus actitudes y sus procederes. Ni siquiera son capaces ustedes de ponerse de acuerdo en la forma de contar muertos y contagios. ¿No les parece lamentable?. Hay muchas generaciones que no tienen oportunidad de hacer historia, ustedes sí, y la están haciendo, pero para quedar como el culo señores. Aún están a tiempo, háganselo mirar.

El sol luce hoy radiante y la temperatura templada hacen que sea un placer sentarse a leer en el jardín, cosa que aprovecho para disipar el malhumor que producen las reflexiones anteriores. 

A nosotros los de a pie no nos corresponde hacer historia, pero sí que nos corresponde elegir a quienes nos gobiernan y hacerlo en aras de premiar a quien lo haga bien y castigar a quien no, independientemente de siglas, colores e ideologías, porque solamente de esa forma los que quieran gobernar se verán obligados a hacer las cosas medianamente bien. Si fiamos al fanatismo nuestras decisiones solamente conseguiremos líderes cada vez más débiles y menos preparados, porque para el fanático, las cosas bien hechas solo son las que hacen los suyos, aunque sean irracionales, aunque sean asesinas, aunque ordenen genocidios. Que a nadie se le olvide

Buenas noches.